Fuente: Instituto esMindfulness
Jamie Bristol, director de la Mindfulness Initiative (organismo de políticas de investigación que coordina la iniciativa del enlace que adjuntamos), señala que hay 4 aspectos clave que deben ser considerados para llevar Mindfulness a la escuela:
- Entender la diferencia que existe entre concentración y Mindfulness: La plena conciencia o Mindfulness es algo más que calma y concentración. L@s niñ@s necesitan tener un aprendizaje sobre la mente y desarrollar cualidades de la conciencia como la apertura, la curiosidad y la amabilidad (no es sólo relajación y atención).
- Ponerse la máscara de oxígeno primero: es esencial que la persona que guíe las prácticas de Mindfulness con niñ@s incorpore, -en primera instancia- la atención plena en su propia vida y tenga un alto nivel de motivación personal para que esta cale, de verdad, en l@s alumno@s.
- Evitar una implementación desde arriba hacia abajo (top-don): primero debe existir una formación rigurosa en este ámbito y luego introducirlo en el currículo. Hacerlo alrevés, obligaría a personas no amantes de la práctica a trabajarlo, con el riesgo de transmitir otra cosa diferente. La atención plena requiere intención personal.
- Definir claramente el propósito del programa: para que pueda florecer, de verdad, en el sistema educativo.