Fuente: El País, UNESCO, ONS
Así está siendo la vuelta a clase en el mundo
De forma gradual, con menos alumnos por aula para respetar distancias y con cambios en los exámenes
Los Gobiernos de los países afectados por la COVID-19 se enfrentan a la decisión de cómo y cuándo retomar las clases. Cada uno tiene su receta, pero impera el escalonamiento y preocupa que se mantengan estrictamente las medidas de higiene y seguridad en las aulas.
China. La reapertura está siendo gradual. En Hubei, la provincia foco original de la pandemia, aún no hay fecha para retomar las clases presenciales mientras que Pekín las reiniciará el 27 de este mes, una de las áreas donde se reanudarán más tarde. En primera instancia solo volverán los estudiantes de los últimos años de secundaria, los que tienen que preparar el temido gaokao, la Selectividad china, que se ha aplazado un mes y que se celebrará el 7 y 8 de julio. Los alumnos de los cursos equivalentes a tercero y cuarto de la ESO regresarán, en principio, dos semanas más tarde. En el resto del país, cada provincia ha decidido cuándo retomar las clases, con el mismo modelo: primero los estudiantes de mayor edad, hasta llegar a primaria y preescolar. No se ha contemplado conceder aprobados generales.
Reino Unido. Los colegios y universidades del Reino Unido permanecen cerrados desde que el Gobierno de Boris Johnson impuso las medidas generales de confinamiento. A pesar de que se estableció una excepción para los hijos de “trabajadores esenciales” (personal sanitario, empleados de servicio postal, algunos funcionarios y periodistas, entre otros), la regla general ha sido la ausencia del alumnado. El Gobierno calculaba que mantendría la capacidad de los centros en un 20% y no ha llegado casi al 2%. El Gabinete de Johnson analiza en estos momentos cuándo será la fecha apropiada para reanudar el curso, o si se da ya por finalizado. Las asociaciones de profesores, que han llegado a sugerir que se habilite el verano como tiempo lectivo al tiempo que reclaman planificación y prudencia respecto a las decisiones a tomar. El Ministerio de Educación ya ha publicado las normas para asignar evaluación a los alumnos que en el curso 2019/2020 debían realizar los exámenes de GCSE (Certificado General de Educación Secundaria, en sus siglas en inglés) y A Level (Nivel Avanzado). Son pruebas acumuladas en el último curso escolar, para obtener el graduado y el nivel requerido en determinados estudios universitarios. El Gobierno ha dado vía libre a los profesores para que hagan una estimación de cada alumno basada en su rendimiento habitual y en los resultados de los exámenes de prueba (cuya calificación no se tiene normalmente en cuenta) que hayan podido realizar en los últimos meses.
Francia. Las escuelas -desde la guardería hasta el instituto- abrirán “progresivamente” a partir del 11 de mayo, según anunció recientemente el presidente francés, Emmanuel Macron. En los próximos 15 días, el Gobierno deberá definir, en diálogo con sindicatos de profesores y asociaciones de padres, las condiciones de la apertura. Entre otras, la desinfección previa de las aulas, la preparación pedagógica de los docentes, la organización de las clases en grupos y con menos alumnos por aula, y la incorporación prioritaria de aquellos con más necesidad de seguimiento educativo. Los exámenes del bachillerato, que ponen fin a la educación secundaria y abren la puerta a la universidad, se sustituirán este año por evaluación continua a lo largo del curso, que determinará el resultado final. Los centros de enseñanza superior, como las universidades, no abrirán hasta el verano, aunque la fecha no se ha precisado.
Italia. El Ejecutivo de Giuseppe Conte ha decidido que las clases no se retomarán hasta septiembre, lo que implica que todos los alumnos pasen de curso. La ministra de Educación, Lucia Azzolina, matizó que no es un aprobado general y que los alumnos deberán recuperar las asignaturas a principios del año que viene. Se evaluará el “esfuerzo demostrado” en las clases a distancia de estos meses. La fórmula exacta la decidirán los comités educativos. El arranque de curso se dedicará, con toda probabilidad, a los alumnos más rezagados, por lo que el inicio de las clases generales se podrían retrasar. La Selectividad –maturità, en Italia- también se verá alterada. No habrá evaluaciones para obtener la nota de ingreso a la universidad y podrán realizar la prueba todos los alumnos, que será un examen oral de una hora a través de alguna plataforma online.
Dinamarca. Después de un mes confinados en sus casas (desde el 12 de marzo), los niños y niñas hasta los 12 años ya han vuelto a las aulas. De momento Dinamarca ha dado un pequeño paso abriendo la mitad de escuelas del país y el 35% de las de Copenhague, la capital. Mette Frederiksen, la primera ministra, calcula que la totalidad de escuelas podría estar operativa a corto plazo. Serán las propias escuelas las que decidirán las normas para que un profesor o alumno se deba quedar en casa o sea apto para acudir a trabajar. Los requisitos de higiene y seguridad primarán sobre todas las cosas, así como la voluntad de los padres de decidir si aún es pronto para llevar a sus hijos al colegio. La entrada del alumnado en la escuela se hace de manera escalonada para evitar aglomeraciones en la puerta. Además, en la fila para entrar, las autoridades han pintado rayas en el suelo con una separación de dos metros para que los niños esperen su turno. Muchas clases han tenido que reajustar el tamaño, ya que el espacio entre los pupitres tiene ahora que ser mayor, según explica la prensa local. Además, hay carteles con dibujos infantiles en los que se estipula que los alumnos deben lavarse las manos cada dos horas y durante al menos un minuto. También se recomienda que los niños jueguen con un grupo -siempre el mismo- reducido de amigos. Los adolescentes tendrán que seguir estudiando desde sus casas y a través de Internet durante un tiempo aún por definir.
Alemania. La canciller, Angela Merkel, se ha reunido este miércoles con los Estados federados -tienen la última palabra en la apertura de los centros escolares-. Se decidió que las escuelas irán abriendo de forma escalonada, empezando solo por algunos cursos superiores. La idea es comenzar por los últimos cursos de secundaria y los mayores de primaria. A finales de mes deberá estar listo un plan de reapertura educativa preparado por los representantes de las regiones que incluirá el diseño de medidas de higiene y de composición de los grupos de alumnos, que serán reducidos. Cada escuela tendrá que contar con su propio plan.
Vuelta al cole en China: niños con mascarillas, termómetros en las puertas y sombreros con alas para guardar distancia
Desde finales de marzo, muchas escuelas de China -donde la propaganda oficial asegura que la pandemia está controlada- han ido abriendo paulatinamente sus centros para reanudar las clases
Así se están haciendo los exámenes de acceso a la universidad en China
Vuelta al cole, en abril. ¿Cómo mantener el distanciamiento social en las aulas? Que se lo pregunten a los alumnos de una escuela primaria en la ciudad china de Hangzhou. Además de mascarillas, todos los niños llevan sombreros de cartón con alas en los laterales que miden 1,5 metros. Los hay con formas de animales. Otros emulan la silueta de los coches animados de la película ‘Cars’. Pero todos cumplen su función: mantener a los niños distanciados unos de otros.
Recientemente, a través de la web del diario chino «The Paper», también hemos podido seguir en directo la vuelta al colegio de los estudiantes de noveno grado a la escuela de secundaria Luwan, en Shanghai. No llevan sombreros, pero entre los pupitres hay una distancia de más de dos metros. Antes de entrar a las aulas, el personal del centro toma la temperatura a cada alumno. Al terminar la clase, otra toma de temperatura y el personal de limpieza desinfecta toda la sala.
La misma escena se repite en otra escuela de secundaria en la ciudad de Hohhot, en la región de Mongolia Interior. Allí hay cámaras termográficas en todo el edificio. Y, dentro de las aulas, se han colocado mamparas individuales para separar unos pupitres de otros. Durante el recreo y la pausa del almuerzo, hay supervisores voluntarios que se encargan de que los críos y adolescentes cumplan la distancia social. En los colegios de la ciudad de Guang’an, en la provincia de Sichuan, los alumnos directamente se protegen los rostros con viseras de plástico y no pueden juntarse en grupos de más de tres.
Menos de mil infectados
Desde finales de marzo, muchas escuelas de China han ido abriendo paulatinamente sus centros para reanudar las clases. Desde el gobierno se mantiene la premisa de que la pandemia está controlada. Apenas quedan 800 infectados activos de los 82.827 contagios que se han reportado en el gigante asiático. Poco a poco, impera la vuelta a la normalidad y que los niños retomen las clases presenciales. Aunque, siempre, con los controles de temperatura y distanciamiento oportunos.
En breve se reabrirán casi todos los colegios, incluidos los de grandes urbes como Shanghai o Pekín. En la capital, 254 escuelas de secundaria han abierto sus puertas para dar la bienvenida a 49.979 estudiantes. En la provincia de Qinghai se han repartido por las escuelas 11 millones de mascarillas, 13.000 termómetros digitales y 1.054 médicos supervisarán estos días a los alumnos durante el comienzo de las clases.
En ciudades como Guangzhou, antes de comenzar las clases, se llevaron a cabo pruebas de ácido nucleico a 208.000 maestros y estudiantes de secundaria y bachillerato. En Wuhan, el epicentro del coronavirus, habrá que esperar unas semanas más para volver a ver las aulas llenas por el miedo a una segunda ola de contagios.
180 millones de escolares
Wang Qinnan, una profesora de la escuela Qianhuang International Middle School, en la provincia de Jiangsu, ha detallado las medidas concretas que están tomando en su centro tras la apertura de las clases. «Medimos la temperatura corporal de los estudiantes tres veces al día. Cualquier persona que exceda los 37,3° será aislado del resto de sus compañeros y el director lo comunicará a las autoridades sanitarias», explica Wang. «Los maestros nos turnamos con los guardias de seguridad para medir también la temperatura a los alumnos. En el comedor, hemos organizado mesas de ocho personas donde sólo se pueden sentar tres. Y, por ahora, se han cancelado las actividades deportivas», prosigue la profesora.
Si retrocedemos dos meses atrás, durante el confinamiento, nos encontramos un país con 180 millones de chavales en edad escolar que estaban atrapados en sus hogares. Llevaban sin asistir a clase desde que empezó la crisis del coronavirus. Al menos, presencialmente. Porque los estudiantes de primaria y secundaria debían de proseguir sus lecciones online o a través de la televisión. Es decir, el plan de estudios se había trasladado de las aulas a los ordenadores y al canal de televisión pública. Este último tenía una programación diaria con lecciones de inglés o historia. Y también muchos profesores impartían las clases desde sus casas a través de plataformas de ‘livestreamed’. Los alumnos, aunque sea en pijama, no se las podían perder.
El Gobierno preparó a los tres operadores de telecomunicaciones más grandes del país, China Mobile, China Unicom y China Telecom, además de compañías tecnológicas como Huawei, Baidu y Alibaba, para que respaldaran una plataforma con 90 terabytes de ancho de banda y 7.000 servidores, asegurando que hasta 50 millones de estudiantes pudieran estar conectados simultáneamente. Además, se puso a su disposición a 600.000 profesores, con un servicio de retransmisión en vivo llamado Dingtalk, diseñado por Alibaba, para impartir clases en línea.
Hoy también se ha informado de que en ciudades con Chongqing, al suroeste de China, las universidades se abrirán el 11 de mayo. En la provincia oriental de Fujian, donde los colegios han reanudado las clases, las universidades retomarán la normalidad el 6 de mayo.
El regreso a la escuela: preparar y gestionar la reapertura de los centros escolares
Ha llegado el momento de comenzar a planificar la reapertura de las escuelas: para ayudar a los Estados Miembros en esta decisión sensible desde el punto de vista político, la UNESCO organizó el 24 de abril sexto webinario dedicado al Covid-19. La reunión abordó las estrategias que permiten anticipar y preparar esta transición capital, apoyándose en las lecciones extraídas de crisis precedentes.
Covid-19: La OMS publica una guía para proteger a los niños en las escuelas
El documento asesora a las autoridades sobre la aplicación de los planes de emergencia en este entorno
Las organizaciones internacionales no bajan la guardia en la protección infantil ante la amenaza del nuevo coronavirus. La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han publicado una nueva Key Messages and Actions for COVID-19 Prevention and Control in Schools_March 2020.
El documento asesora a las autoridades nacionales y locales sobre la aplicación de los planes de emergencia en las instalaciones educativas. También ofrece consejos fundamentales para preservar de los contagios el entorno escolar.
Mitigar los efectos sobre el aprendizaje
Ante el cierre de las escuelas, la guía presenta recomendaciones para mitigar el efecto del virus sobre el aprendizaje y el bienestar de los niños.
En este sentido, propone que cuenten con planes sólidos para garantizar la continuidad del aprendizaje, entre ellos la posibilidad de poner en marcha métodos de aprendizaje a distancia. Aquí destacan las estrategias de educación online o emisiones de radio con contenido académico.
Medidas para una reapertura segura
Tal y como recoge el documento, se han de contemplar también las medidas necesarias para una reapertura eventual de las escuelas en condiciones de seguridad.
Si las escuelas están abiertas, y para garantizar que los niños y sus familias estén protegidos e informados, las entidades proponen seguir diferentes pautas.
Proporcionar a los niños información para que sepan cómo protegerse o promover buenas prácticas de lavado de manos y de higiene, con los materiales adecuados para ello son algunas de ellas.
Además, insisten en la importancia de limpiar y desinfectar los edificios, con especial interés en las instalaciones de agua, y de aumentar el flujo de aire y la ventilación.
Los estudiantes como agentes de prevención
Aunque el documento está orientado a los países en los que se ha confirmado la transmisión de la enfermedad, sigue siendo válido en contextos que, por ahora, se mantienen a salvo.
En este sentido, recuerdan que la educación puede hacer que los estudiantes promuevan la prevención y el control de la enfermedad en otros ámbitos comunitarios.
Unicef pide a todas las escuelas que ofrezcan un apoyo integral. Junto a las medidas de higiene y de protección, plantean el apoyo a la salud mental de los alumnos y la lucha contra el estigma y la discriminación, evitando estereotipos cuando se habla del virus.
Distancia social: qué es y por qué es la mejor arma contra el coronavirus
A medida que el coronavirus se propaga en más y más países, los expertos en salud pública están atribuyendo a los ciudadanos la responsabilidad de ayudar a frenar la pandemia. El distanciamiento social es la mejor forma de hacerlo. El geriatra Thomas Perls explica cómo funciona esta herramienta crucial.
¿Qué es la distancia social?
Es una herramienta que los funcionarios de la salud pública recomiendan para disminuir la propagación de una enfermedad que se transmite de persona a persona. Explicado de manera sencilla, significa que los individuos tienen que mantenerse suficientemente lejos los unos de los otros para que el coronavirus –o cualquier otro patógeno– no se expanda.
Según la descripción de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la distancia social consiste en evitar las multitudes y mantener una distancia de dos metros con otras personas. Por ejemplo, los teatros de Nueva York han cerrado temporalmente, se han cancelado muchas convenciones en todo el mundo y los colegios de Estados Unidos están cerrando. En mi caso, he dejado de tomar el tren en hora punta. Ahora, o trabajo desde casa o voy en coche con mi mujer o tomo el tren a las horas menos concurridas para poder mantener dos metros de distancia con los demás.
La distancia social también implica no tocar a otras personas. Y eso incluye los apretones de manos. El contacto físico es la vía de contagio más probable y la forma más fácil de expandir la enfermedad. Recuerde: mantenga una distancia de dos metros y no toque a los otros.
La distancia social no puede prevenir el 100 % de los contagios, pero siguiendo estas simples reglas los individuos pueden jugar un rol crítico en disminuir la propagación del coronavirus. Si el número de casos no se mantiene por debajo de lo que el sistema de salud puede gestionar –lo que conocemos como frenar la curva–, los hospitales pueden verse sobrepasados, un problema que puede derivar en muertes innecesarias y sufrimiento. Frenar la curva es otra forma de decir que debemos frenar la expansión.
Probablemente haya escuchado otros términos además de distancia social. Uno es “autocuarentena”, que significa aislarse de otros porque existe una posibilidad razonable de que haya estado en contacto con una persona con el virus.
Otro término es “cuarentena obligatoria”. Esta ocurre cuando las autoridades gubernamentales indican a un ciudadano que debe permanecer en un lugar, por ejemplo, su casa, durante 14 días. Las cuarentenas obligatorias pueden ordenarse en el caso de individuos que han dado negativo en el test del coronavirus, pero que probablemente se han expuesto al patógeno. En EE. UU., por ejemplo, se ha impuesto cuarentena obligatoria para los turistas de los cruceros y para quienes viajan desde la provincia de Hubei, en China.
¿Por qué funciona la distancia social?
Si se hace de una manera correcta y a gran escala, la distancia social rompe o disminuye la cadena de transmisión. Las personas pueden transmitir el coronavirus desde al menos cinco días antes de mostrar síntomas. La distancia social limita el número de individuos con los que un infectado tiene contacto (y a los que potencialmente puede contagiar) aún antes de darse cuenta de que tiene el virus.
Es muy importante tomarnos en serio la posibilidad de habernos expuesto al virus y hacer cuarentena. De acuerdo a una investigación publicada recientemente, la cuarentena individual debe durar 14 días para cubrir el periodo de tiempo durante el cual pueden presentarse síntomas de COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus. Si después de dos semanas la persona no tiene síntomas, entonces es razonable terminar el aislamiento. La cuarentena se podrá acortar, en el caso de individuos asintomáticos, en la medida que haya test disponibles para descartar el virus.
Estadios vacíos, conferencias canceladas y calles desiertas son signos de que se está cumpliendo la distancia social. AP Photo/Michael Conroy
¿Por qué la distancia social es tan crucial?
Actualmente es la única herramienta que tenemos disponible para luchar contra el coronavirus.
Los expertos estiman que una vacuna podría tardar entre 12 y 18 meses. Por ahora no hay medicamentos disponibles que puedan ralentizar la infección por coronavirus.
Sin forma de conseguir que los enfermos mejoren o conseguir que sean menos contagiosos, la única estrategia efectiva es asegurarnos de tener una cobertura hospitalaria disponible para aquellos que la necesiten. La manera de lograrlo es disminuir o detener la proliferación del virus y reducir el número de casos.
¿Quién debería cumplirla?
Todos debemos mantener la distancia social para prevenir un tsunami de casos. Como geriatra, atiendo a los más vulnerables: los ancianos. Por supuesto, los mayores deben hacer todo lo posible para protegerse, practicando la distancia social diligentemente y cambiando sus costumbres hasta que la pandemia pase. Las personas menos vulnerables tienen que hacer todo lo posible para proteger a aquellos que sí lo son, ayudando a disminuir su exposición al COVID-19.
Si los ciudadanos, como un todo, se toman la distancia social en serio, se puede evitar la sobrecarga del sistema de salud. La evolución de la enfermedad depende en gran medida de estas acciones individuales.